Compartían la misma discapacidad y la misma pasión.
En la década de los 50 y un poco más allá, se conocieron varios casos de músicos ciegos, lo cual no fue obstáculo para tener un lugar de honor entre los mejores cultores de la música cubana, te damos cuatro ejemplos contundentes.
1. José Tejedor: El Rey Midas del bolero

Dúo de José Tejedor y Luis
Este popular cantante convertía en disco de oro las más variadas composiciones de ese género. Recuerdo, como anécdota, que en la década del 60, en la sala de música de la Biblioteca Nacional, el artista más solicitado por los estudiantes que visitaban el lugar era José Tejedor, unido al dúo increíble que hacía junto a Luis Oviedo.
Durante más de 20 años mantuvo su programa Tejedor en la Tarde, por la emisora COCO, sitio donde popularizó algunos de sus grandes éxitos como En las tinieblas, Doce veces, Cuando estés muy sola, Como nave sin rumbo, Con tu nombre en los labios. Y entre sus discos se encuentran En las tinieblas, Escándalo, Como nave sin rumbo, Pasión sin freno, Llora corazón, Mi Magdalena.
José Tejedor murió en La Habana el 2 de noviembre de 1991.
2. La música se hace con el corazón

Arsenio Rodríguez
Arsenio Rodríguez nació el 31 de agosto de 1911 en Güira de Macurijes, municipio Pedro Betancourt, en la provincia de Matanzas y en una herrería de allí se cuenta que perdió la vista a causa de una patada de caballo pero para otros su ceguera fue a consecuencia de una retinitis pigmentaria no diagnosticada.
Lo cierto es que este nieto de esclavos congos bebió de la savia de sus ancestros africanos junto a la herencia española para formar un ajiaco musical que revolucionaría la música bailable cubana, lo que le valió ser reconocido para la posteridad como El Ciego Maravilloso.
El propio músico explicaba los aportes que hizo al son al añadir al antiguo formato de septeto (trompeta, guitarra, el tres) un piano, tres trompetas y una tumbadora. Esto, según los conocedores, no sólo fue una ampliación del formato instrumental sino que también ofreció una mayor variedad de ritmos y conceptos armónicos que enriquecerían tanto al son como al bolero, la guaracha, y el mambo, siendo uno de los precursores de este último ritmo.
En la década de los 50 partió hacia Estados Unidos y en Nueva York se le considera como uno de los padres de la Salsa.
Arsenio murió en la Babel de Hierro en 1970 y se encuentra enterrado en el cementerio de Ferncliff, donde una placa de bronce con letras doradas recoge su nombre, fecha de nacimiento y deceso, mientras una pequeña bandera cubana deja constancia de la tierra en que le tocó nacer.
Además de ser un excelente tresero, el denominado Ciego Maravilloso dejó múltiples obras como compositor, entre las que se encuentran: Bruca maniguá, Dame un cachito pa’huelé, El reloj de Pastora, Fuego en el 23, La yuca de Catalina, No me llores, Yo soy Kangá, La vida es un sueño, La ruñidera, Llora timbero, Meta y guaguancó, Como traigo la yuca, Confórmate, Corazón de chivo, El Cerro tiene la llave y otras.
3. El hombre del bastón perdido

Osvaldo Rodríguez
Osvaldo Rodríguez nació en Los Arabos, provincia de Matanzas y su ceguera no fue obstáculo para que su nombre se escribiera con letras propias en la música. Obtuvo tres Discos de Oro, el más alto galardón que otorga la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM).
Tuvo dos grandes éxitos: el primero como director y fundador del grupo Los 5-U-4, donde sólo uno de sus integrantes era vidente, y la otra como compositor con números como Calle San Nicolás, De lo simple a lo profundo, En casa del pobre hasta el popularísimo Se me perdió el bastón y ese bolero de todos los tiempos que responde al nombre de El amor se acaba.
Otros galardones fueron el Disco de Plata por ser el cantante más popular en 1978, el Gran Premio del Festival de la Canción Juvenil en Sochi, Unión Soviética y el Gran Premio en el XII Festival Mundial de la Canción Popular celebrado en Tokio, Japón. Osvaldo vive actualmente en Estados Unidos.
4. ¿Un jazzista que dominaba la música cubana?

Frank Emilio Flynn
El destacado pianista cubano Frank Emilio, ya fallecido; según confesión propia, nunca vio imágenes, sólo luces y colores con el ojo izquierdo hasta los 13 años en que quedó completamente ciego.
Tocaba el piano de oído y aún pequeño estuvo en distintas agrupaciones de música popular.
Con Armando Romeu preparó un libro de estudio paralelo de notación musical en el sistema Braille y en el común que permitiría a profesores y transcriptores videntes trabajar para ciegos y débiles visuales.
Su discografía es amplia y sólo citaremos alguna: Frank Emilio interpreta a Ignacio Cervantes, Magada Intl, 2000; Ancestral Reflections, Blue Note, 1999; Cuban Revolution Jazz (con otros artistas) Milán, 1999; A Tribute to Lecuona, Milán, 1997; The Cuban Piano Masters, con Jane Bunnet y otros, EMI.
En discos de Larga Duración: Rico Melao. Egrem; Jazz 6 P.M. Egrem; Pianoforte Egrem; Tropicana, Volúmenes 1; 2; 3 (Quinteto Instrumental de Música Moderna) Egrem; Danzas Cubanas Egrem; Paisajes de España DuArte; La Flauta en el Danzón Egrem; Frank Emilio Presenta a Frank Emilio, Egrem
Finalizo con estas dos opiniones sobre Frank Emilio que le hacen cabal justicia:
«Frank Emilio es un pianista que ha influenciado a cada generación subsiguiente, y los que están por venir, porque se ha mantenido al día. No se puede hablar de Frank Emilio en el pasado, porque todavía está muy vigente en el presente». Chucho Valdés
«Para algunos es un jazzista que domina la música cubana; para otros, un pianista cubano con un sexto sentido para el jazz. El genial músico invidente es ambas cosas». Nad Chediak (Diccionario de jazz latino)
Fotos: del archivo del autor y del sitio web http://cdn.aarp.net