La Habana a partir de la primera mitad del siglo XX se erigió como meca para intelectuales y artistas venidos de las más disímiles geografías. Los de habla española tenían como objeto de visita el cumplimiento de contratos de trabajo en teatros y emisoras cubanas, los norteamericanos acudían sobre todo por vacaciones, para promocionar sus películas, o sencillamente intercambiar experiencias y ampliar sus horizontes culturales. En este trabajo, ponemos a tu consideración las 6 a nuestro juicio de más impacto, ya bien sea por la repercusión en la sociedad cubana de aquellos momentos o por el contexto social y político en que se desarrollaron, todas tienen un común denominador: el amor por la música y en especial, la cubana.
Walt Disney quería escuchar música cubana, 1931
Bongo creación de Disney
Hacía solamente cuatro años antes de esta fecha que Walt había creado el que fuera el más célebre de sus personajes animados, Mickey Mouse, o en su versión en español, el ratón Miguelito. Después de meses de trabajo incesante, de fundar proyectos y de ver crecer su empresa, el artista decide emprender una gira de descanso que le llevaría a La Habana, después de abandonar la Florida. Escogió como lugar de hospedaje el emblemático Hotel Nacional de Cuba, en aquellos tiempos de reciente inauguración y creciente prestigio. Actualmente la gerencia de este Hotel, tiene bautizadas múltiples habitaciones con el nombre de los visitantes que pasaron por ellas, este es el caso de la número 445; que lleva por nombre Walt Disney.
Esta visita tuvo un gran impacto, y este fue la violación por parte de la gerencia del Hotel Nacional durante un corto tiempo de la prohibición de acceso a las instalaciones del inmueble a personas negras. Disney, un entusiasta de los ritmos caribeños y específicamente cubanos ardía en deseos de escuchar buena música criolla; una banda como Dios manda, llena de virtuosos tocadores de bongoes y tumbadoras. Y eso sólo es posible, como se sabe, con el concurso de los tamboreros por derecho, los negros humildes de barrio, integrantes de algunos de los conjuntos más prestigiosos de la época. Impresionadísimo por el trepidante ritmo de rumbas y congas, Disney introdujo en muchas de sus películas realizadas después de su viaje a La Habana, la música que escuchó y grabó en la capital de Cuba, además de crear el personaje de Bongo, una clara referencia a su visita.
Marlon Brando, arrebatado y de rumba en rumba, 1956.
Marlon Brando fanático de los ritmos cubanos
Vino a La Habana y lo hizo de incógnito; “Mr. Baker”, escribió en el registro de huéspedes del hoy en ruinas, Hotel Packard. Pero que va, sin necesidad de internet, Facebook o Instagram, periodistas y seguidores se las arreglaron para descubrirle en una de sus famosas cumbanchas habaneras. Le encantaban los cabarets de la Playa, ir a ver tocar al Chori, y que la gente que lo rodeara fuera de “pueblo”, pues no soportaba el encartonamiento de la alta sociedad.
Un día dijo: «I just love tumbadoras» y se fue a comprar el instrumento de percusión, que costaba la astronómica cifra de noventa pesos, dinero que a diferencia de muchos, él podía pagar cómodamente. Siempre aclaraba que estaba en Cuba por su música, para escucharla de viva fuente. Sin embargo era muy celoso de que las fotos que le tomaran fueran publicadas en exclusiva en medios de prensa cubanos. Decía que en EEUU entenderían su actitud como una excentricidad. Pero la rumba de Brando no acababa en el show del Chori, se extendía a los centros nocturnos El Panchín, el Pennsylvania, el Sans Souci… Tenía 32 años y ya había ganado su primer Oscar.
Pete Seeger el “segundo autor” de la Guantanamera, 1961
Fue en un campamento de verano donde un cubano le dijo que aprendiera música y versos de una conocida canción cubana, La Guantanamera de Joseíto Fernández, a la cual el músico Julián Orbón le había introducido los versos del más universal de los cubanos, el prócer José Martí. Y de esta forma Pete se llevó para la casa, la música que después divulgó por el mundo y el gusto por la obra del apóstol de la independencia de Cuba. Tanto y tanto la cantó, que él y Joseíto Fernández tuvieron que llegar a un acuerdo de derechos, cuestión que fue resuelta sin mayores complicaciones por ambas partes.
Creemos que la presencia de Seeger en Cuba, en medio de una confrontación brutal en épocas de la guerra fría y después en su segunda visita en 1971, fue una clara demostración de cuánto los países pueden acercarse si por un segundo se olvidan las contiendas políticas y se permite que los valores culturales primen por encima de las diferencias.
Dizzy Gillespie y los caminos del Jazz, 1977
Ya no estaban ni Chano (Pozo) ni Charlie (Parker) y él tenía 60 años cumplidos. Sin embargo, cuando parecía que en Cuba ya no se iba a disfrutar en vivo de la actuación del trompetista legendario, el destino, en forma de “intercambio jazzístico Cuba – EEUU”, (una suerte de crucero a caballo entre lo turístico y lo musical), permitió vivir unas muy intensas jornadas a los amantes de este género en La Habana, que, valga decirlo, no son pocos.
Inolvidable fue la noche en que no sólo Gillespie, sino figuras de la talla de Stan Getz, Jo Anne Bracken, David Amram, Earl Hines y Ry Cooder (después de unos años, uno de los máximos impulsores del proyecto Buena Vista Social Club de música tradicional cubana), entre otros, afinaron instrumentos y voces para descargar delirantemente junto a Chucho Valdés y el conjunto Irakere. Los espectadores convocados en el teatro Mella, sede del evento, testimonian que la figura del tamborero Chano, en específico su pieza “Manteca” fue el pretexto escogido para por algo más de hora y media traer y llevar timbres y sabrosas improvisaciones, demostrando por qué la unión Dizzy – Chano fue definitiva para perfilar los nuevos derroteros del Jazz en la segunda mitad de la década de 1940.
Harry Belafonte: «Yo voy a actuar en La Habana» y así lo hizo, 1980.
En realidad la primera visita a Cuba del showman norteamericano fue en 1976, en compañía de otro grande, el actor Sidney Poitier.
Pero el año en que hizo lo que quiso fue el inolvidable año de 1980, marcado por el desgarramiento de familias y éxodos masivos en el país caribeño. Harry fue admirador confeso de Cuba y los cubanos y poco le importaba lo que dijera el “establishment” norteamericano acerca de sus múltiples entradas a la Isla. El súper show de Harry Belafonte tuvo lugar en el teatro Karl Marx, a lleno completo. Quienes estuvieron refieren que fue un derroche de colorido y de canciones latinas y caribeñas, fusionadas con ritmos norteamericanos. La producción incluyó sus inolvidables hits: Banana boat, Taxi cab, Pastures of plenty, Streets of London y Have long have you been blind, entre otros.
Beyoncé Knowles, el suceso más importante en La Habana en el año 2013 y el principio de un ansiado final.
Homenaje de Beyoncé a Juana Bacallao en el Gato Tuerto
A comienzos del mes de abril del 2013 solamente se escuchaba una frase en las calles habaneras: ¿Ya viste a Beyoncé? La cantante y mega estrella del show business norteamericano, vino acompañada de su esposo, el rapero Jay-Z, empeñado en todo momento en quitarle a su media naranja de arriba en la medida de lo posible, las cariñosas impertinencias de miles de fanáticos agolpados en los alrededores del Hotel Saratoga, en la capital cubana. Vino la pareja a disfrutar de un viaje “privado” para celebrar su quinto aniversario de boda.
Aquí visitó colegios de música, proyectos artísticos comunitarios como La Colmenita, estuvo en uno de los más legendarios centros nocturnos de La Habana, el Gato Tuerto, en donde admiró y (para sorpresa de todos los que allí nos encontrábamos) besó con humildad la mano de la incombustible Juana Bacallao. Probó platos típicos de la comida cubana y hasta bailó música made in Cuba la noche en que la cantante salsera y timbera, Haila María Mompié, cantó para ella en una fiesta sorpresa. En definitiva: se despeinó de lo lindo, como se diría en el argot popular. Después ella y su flamante esposo, de regreso a EEUU tuvieron que aguantar las críticas de algunos personajes como el cubano americano Pitbull que mostró su franco desacuerdo con la visita a Cuba. ¿Quién les iba a decir a todos que exactamente 1 año y 8 meses después se iniciaría el descongelamiento de relaciones entre Cuba y EEUU? A la luz de estos peculiares días, la visita de Beyoncé y Jay-Z a La Habana tiene el esplendor del que se revisten los acontecimientos premonitorios.
Fuente consultada: Artistas en la memoria, Leonardo Depestre Catony, Editorial José Martí, 2015
Fotos:
http://www.biography.com/people/walt-disney-9275533
https://cubairestravel.wordpress.com/2014/01/05/35/
http://www.motherjones.com/politics/2015/12/pete-seeger-fbi-file
http://projects.latimes.com/hollywood/star-walk/harry-belafonte/